miércoles, 13 de febrero de 2013

El amor más puro...

 Mañana es el día de los enamorados, y hemos aprovechado para recordar un amor literario de los más puros, el que siente don Quijote por Dulcinea, la princesa morada, como dice Helena. La verdad es que aprovechamos que la vuelta al mundo pasaba por España para contar el Quijote como un cuento para niños, y la verdad es que dio sus frutos y salieron "encantados".
En este episodio de Las tres mellizas, Ana, Teresa y Elena acompañan a nuestro héroe en dos de sus más famosos episodios, el ejército de ovejas (cabras en los dibujos) y los molinos de viento... Pero lo importante hoy es recordar que Don Quijote antepone el amor de su dama a cualquier otra cosa en el mundo, y que como todos los enamorados la idealiza y la quiere hasta límites insospechados, incluso dentro de su locura. 




Y ahora os dejo un descubrimiento, una página que es una ventana mágica, www.poemitas.com, en ella Carmen Gil nos presenta unos poemas preciosos para los niños (el de Dulcinea es el favorito de Helena) , que traigo yo aquí para deleite de todos, ¡visitad la página, que es una maravilla!




Don Quijote

Montado en flaco rocino,
con lanza y con armadura,
cabalga por la llanura,
más allá del quinto pino.

Va paseando errabundo,
decidido y muy sonriente;
quiere salvar a la gente
y arreglar un poco el mundo.

Todos llaman don Quijote
a un héroe tan atrevido,
que por flaco y escurrido,
mas parece un monigote.

No hay duda de su nobleza,
pero con tanta lectura
y sus ganas de aventura,
ha perdido la cabeza.

Y a lomos de Rocinante
-según chismea un vecino-
ha confundido un molino
con un terrible gigante.

Suspira por Dulcinea,
una porquera forzuda,
berreona y bigotuda,
que tiene fama de fea.

Pero él la ve tan bonita...
Y a todos hace jurar
que es la labriega vulgar
una princesa exquisita.

Aunque el hidalgo cenceño*
pase por ser un lunático,
a mí me cae simpático
porque cabalga en un sueño.

                            (Carmen Gil)
                                        cenceño: flaco, delgado




  Sancho Panza


Era un labriego simplón
con terruño y sementera,
poca sal en la mollera
y mucha en el corazón.

Se llamaba Sancho Panza
y trabajó de escudero
de un famoso caballero:
don Quijote de la Mancha.

Quería el hombre sencillo,
ayudando a su señor,
llegar a gobernador
y vivir en un castillo.

Así que dejó su huerto
para salir al camino,
y, montado en un pollino,
deshacer más de un entuerto.

Pero el pobre desgraciado
no hacía nada derecho:
salía siempre maltrecho
y con un ojo morado.

Incluso en una ocasión
en un bosque silencioso
lo invadió un miedo horroroso
y se cagó en el calzón.


Sancho iba de lío en lío;
en la cabeza montones
de muy buenas intenciones
y el estómago vacío.

Mas, pese a tanto accidente,
llegó a una gran conclusión:
no es tan mala ocupación
la de ayudar a la gente.

                  (Carmen Gil)


 

Dulcinea

Préstame mucha atención:
a don Quijote el famoso
una dama del Toboso
le ha robado el corazón.

Me han dicho que Dulcinea
no tiene un trato muy fino,
que huele siempre a gorrino
y que no chilla, berrea.

Dicen que va en alpargatas,
que se le escapa algún pedo
y levanta con un dedo
cuatro sacos de patatas.

Que luce en pleno bigote
un lunar negro y peludo,
que, por cierto, no es menudo,
y encandila a don Quijote.

Este amor al mundo asombra,
pues la señora es mandona,
bravucona y muy guasona,
y se ríe de su sombra.

Pero el hidalgo manchego
la ve delicada y bella
porque está loco por ella;
¡para algo el amor es ciego!

                  (Carmen Gil)
 

 

Rocinante

Qué vida la del rocín:
él, que se queja tan poco,
tocarle un amo tan loco,
metido en tanto trajín.

Y es que el pobre Rocinante
no es ninguna maravilla,
se le notan las costillas
y tiene muy poco aguante.

Sufre subiendo pendientes,
pues soporta en su montura
varios kilos de locura
y le faltan cuatro dientes.

Es un jamelgo muy lento:
nunca cabalga al galope,
y además está algo miope;
pero vive tan contento.

Anda como un caracol:
siempre llega, muy calmado,
el último a cualquier lado;
y es feliz tomando el sol.

Mas es un caballo fiel;
igual al paso que al trote
-eso piensa don Quijote-,
no existe mejor corcel.

              (Carmen Gil)

Y nos despedimos hoy con dos canciones. ¡¡¡Hasta mañana amigos!!!


5 comentarios:

  1. Me encanta, me encanta,me encanta!!!!!!!!!!Seguro que Helena ,cuando lo entienda estará orgullosa de ti, porque a pesar del poco tiempo tiempo que tienes, haces estas cosas por ella.

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  2. Yo encantada de hacer que mi pequeña crezca por dentro y por fuera....

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  3. Ya me tienes como seguidora!!! Tu madre es una gran publicista... Así que desde ahora mi hija tendrá poesias preciosas y diferentes.

    Un millón de gracias

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  4. Gracias a ti, Sonia. Ya he visto en el blog que eres pedagoga, así que para mí es un placer tenerte por aquí. Un beso

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