domingo, 9 de febrero de 2014

Aterrizar en la Prehistoria

Sábado de lluvia en Madrid. Temprano nos vamos a visitar la exposición "La prehistoria en familia", y esta vez con los abuelos. Aunque Helena no empezará a trabajar esta unidad didáctica hasta marzo, la exposición solo está hasta el 23 de febrero, así que allá vamos... ¡Y ha merecido la pena! 

Al llegar, una larga cola de niños y papás esperan impacientes bajo sus paraguas; los niños pisando los charcos, los papás intentando que todos se mojen lo menos posible. 






Y por fin a la 1:30 conseguimos entrar. No hay exposición en sí, ni vitrinas y figuras simulando ser neandertales, ni cabañas, ni hachas. ¿Qué hay entonces?
La exposición consiste en hacer un circuito por tres talleres, geniales los tres, y muy educativos, que logran enganchar a los niños desde el primer momento.

El primero de ellos es un cuentacuentos 


Divertido, original, que logra captar la atención de todos los niños, y en el que pueden participar porque les hacen un montón de preguntas. En él conocen los animales de la época, utensilios que utilizaban a diario, sus pinturas... Todo genial hasta que el neandertal que se dirigía a nosotros tocó una caracola para llamar a sus amigos... ¡¡¡y Claudia lloró y lloró y lloró y lloró!!!

¿Qué nos quedó más claro del cuentacuentos?

1º Llamamos Prehistoria al período del tiempo en el que los hombres ni escribían. Cuando empezaron a escribir se le llamó Historia.
2º Los hombres prehistóricos eran unos artistas. Pintaban sobre las paredes, y además daban movimiento a sus dibujos. ¿Cómo lo hacían? Si pintaban a un hombre con dos brazos es que estaba parado, si lo pintaban con varios brazos estaba en movimiento. Y lo mismo sucedía con los animales: si tenían cuatro patas estaban parados, si tenían varias estaban en movimiento. Aquí tenéis un ejemplo...



Pues ¡¡manos a la obra!! Los niños debían convertirse en hombres prehistóricos y hacer ellos un dibujo... Y esto hicimos






Siguiente taller... de cerámica.
Y aprendemos dos cosas muy interesantes: primero los enseñan los utensilios que utilizaban en la prehistoria, los primeros cuencos y cucharas... Y nos peques hacen su propio cuenco con arcilla y decorado con el borde de una concha. ¿Pero cómo hacer la sopa? Con el fuego. El profe, como dice Helena, hace fuego frotando una piedra de sílex con una pirita, huele a quemado, una de las chispas cae sobre una seta que tiene justo debajo y se hace un ascua. Nos explican que ese ascua se mete en un montón de paja y hojas secas... ¡Y tenemos fuego!






Y por último, el taller de textil. Los hombres, convertidos ya en auténticos ganaderos aprovechaban todo de los animales, entre otras cosas la lana de las ovejas. Con ella y con un telar muy rústico que nos fabricamos tejimos lo que parecía una pequeña alfombra, la alfombra del Ratoncito Pérez, como dijo Helena. Dos tablas con cuatro agujeros, cuerda, lana y un trozo de madera que hizo de aguja... 





















"Me ha encantado la prehistoria, mami", pues eso me basta y me compensa el frío, la lluvia y los gritos de todos los niños juntos.

Por si os animáis os dejo los datos, pero recordad que solo está hasta el día 23...

Sala de exposiciones Complejo El Águila, c/ Ramírez de Prado 3. Sábados y domingos de 11 a 15 y de 16 a 19. 

1 comentario:

  1. "Me ha encantado la prehistoria, mami"
    Hacía mucho tiempo que no me pasaba por aquí, pero he podido leer casi todo y como siempre me he emocionado bastante.
    Es muy bonito todo lo que realizas con tus hijas pero mucho más bonito es como se ve desde fuera todo el amor que las tienes, todo el tiempo que les dedicas y el esfuerzo que viertes sobre ellas para que se formen adecuadamente y a la vez se diviertan.
    Dicen que la asignatura más difícil de la vida es ser padre/madre ya que no existen instrucciones para ello, así que muchas gracias por mostrarnos tu trabajo y dejarnos aprender de tus acciones.
    Saludos

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